Mal empezamos Henry…

Debo, en primer lugar, expresar mi grata sorpresa por tu reconocimiento público Henry. No todos los días se encuentra uno nombrado, explícitamente, por el flamante Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.

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Me parece fantástico que, finalmente, te hayas dignado responder a mis señalamientos, que nunca fueron mas allá de exponer tus relaciones familiares. Mi lucha no es un “problema entre empresarios y comerciantes” (otro argumento Derwick), sino un intento de elevar el costo social de la corrupción, de exponer a los corruptos como lo que son: impresentables, el cáncer que mantiene a miles de millones de personas en el subdesarrollo. Cuando decidiste hacerte eco de acusaciones, carentes de toda veracidad, vertidas en mi contra por los socios de tu cuñado, abriste un flanco que te será difícil cerrar. Me permitiré explicarte el motivo.

La historia reciente me permite concluir que tu ataque no fue gratuito. Sucedió exactamente dos semanas después de que mi apartamento en Londres fuera asaltado por tres hampones. En principio pensé que el objetivo era robarme las computadoras, para descubrir mis fuentes, pero eventos posteriores sugieren otro móvil, más siniestro: aterrorizarme con amenazas de abusar sexualmente a mis hijas. Al asalto le siguió -exactamente una semana después- la publicación, en páginas anónimas, y otras relacionadas con Derwick Associates y el régimen chavista, de una serie de alegatos infundados, como por ejemplo, que mi madre, fallecida en octubre de 1983 en Donosti, comandaba en el 2006 en o desde Venezuela, con mi colaboración, una banda de narcomulas. Lo más grave: de allí nutriste tu ataque en mi contra.

No voy a entretenerte con un listado de todas las cosas que se han dicho, y se dicen, de mi persona. Pero si te voy a llamar a capítulo nuevamente, por cuanto tus palabras, las que tú escogiste usar en tu “impecable castellano”, ese que dominas con “cuidado y precisión”, fueron poco más que una reiteración textual de argumentos que existen solamente en el mundillo de Derwick Associates, y otros hampones de similar calaña. Todos ellos, me enorgullece agregar, sujetos a todo tipo de investigaciones internacionales por la comisión, real que no inventada, de delitos como apropiación indebida, blanqueo de capitales, asociación para delinquir, corrupción, narcotráfico, y un largo etcétera. Me imagino habrás escuchado sobre Roberto Rincón, Abraham Shiera, Nervis Villalobos, los narcosobrinos… así que no redundaré en el asunto.

Pero tu artículo Henry, “Laboratorio sucio“, ése es de tu sola autoría, no es cierto? Te despachaste a gusto: como decimos en criollo, me “diste hasta con el tobo.” Nadie te obligó, ni te forzó a publicar semejante esperpento, así como nadie te obligó ayer a afirmar, por ejemplo, que tu suegro, Franco D’Agostino, dizque “no ha trabajado para el Estado desde el gobierno de Jaime Lusichi, cuando ejecutó la represa de Tirimiquire (Sucre)”.

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Sabes cuánto me tomó descubrir que esa aseveración sobre tu suegro también es mentira Henry? Lo que uno se tarda en escribir DAYCO PDVSA en Google. Ponte al día Henry. Deja de abrir flancos. Una de las empresas de tu suegro, Dayco Construcciones, es contratista de PDVSA. Del 2007 te hablo Henry. Del 2010. No de tiempos de Lusinchi. Si no me crees, visita la pagina web del Registro Nacional de Contratistas, o si prefieres el portal de la propia empresa.

De hecho, hasta información de un pleito legal encontré, entre tu cuñado, tu esposa, y otros hermanos D’Agostino contra el patriarca Franco. Así lo cita el Tribunal Supremo de Justicia:

…demanda de simulación de la venta de todas las acciones de la sociedad C.A. Dayco Construcciones que hizo el padre de los demandantes Franco D’Agostino en su carácter de representante y único accionista de Dayco Holding Corp. (sociedad que a su vez era la única accionista de C.A. Dayco Construcciones), a Luis Alberto D’agostino -hermano de los demandantes- y la posterior venta que este último hiciera a la sociedad panameña Petrodayco LTD, en la que, presumen los demandantes, su hermano es el único accionista.

Cómo se te puede tomar en serio Henry? De mayo del 2012 es la demanda. Asumo entonces que tu esposa era, hasta mayo del 2012, accionista de una empresa familiar que ha recibido contratos del régimen chavista. Qué me vas a decir, que tampoco sabías de eso?

De nada sirve que asumas posturas y esgrimas argumentos dizque aclaratorios, cuando los mismos se tornan en tu contra. Ahora eres el Presidente de la nueva Asamblea Nacional de un país Henry. Abandona el rol de secretario vitalicio de un partido venido a menos y asume con entereza tu nueva responsabilidad. Acuérdate del dicho “no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo.”

Estoy a la orden Henry, para cualquier aclaratoria que necesites. Mi peo no es contigo, sino con los corruptos en tu derredor, y si alguna vez necesitas ayuda para exponerles, para adecentar la cosa pública, o para colaborar con investigaciones tendientes a recuperar todo el dinero que estos individuos le han robado a Venezuela, no dudes en llamarme.

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